Programado un nuevo taller en Portugalete para prevenir caídas en mayores

taller-prevención-caídas-portugalete
Taller de prevención de caídas en una edición anterior

Tendrá lugar en el Centro Social San Roque los días 17 y 19 de octubre y constará de una sesión teórica y otra práctica

Programado un nuevo taller en Portugalete para prevenir caídas en mayores

El área de Servicios Sociales e Igualdad y el área de Deportes del Ayuntamiento, los centros de salud de Osakidetza de Buenavista, Repélega y Castaños y el departamento de Salud del Gobierno Vasco, organizan en el Centro Social San Roque un taller de dos días (17 y 19 de octubre) dirigido a prevenir las caídas de las personas mayores.

Este taller, del que se cumple la décima edición, se enmarca en el ámbito de trabajo y de colaboración de la Red Local de Salud–Osasunsarea Portugalete, creada en 2016, con el objetivo de establecer políticas y actividades en común para la promoción de la salud de los vecinos de la Villa.

A lo largo de estos siete años han participado en estos talleres alrededor de 600 personas mayores de 65 años, que los valoraron muy positivamente.

Los talleres se componen de una sesión teórica, donde se tratan los principales riesgos, su prevención y los servicios y recursos disponibles; y otra sesión práctica en la que todas las personas pasan por cinco espacios diferentes en los que realizan varios ejercicios para poner en práctica lo aprendido en la sesión teórica.

Las caídas son el accidente más habitual entre las personas mayores de la Comunidad Autónoma Vasca. Según estudios especializados, entre un tercio y la mitad de las personas mayores tienen una caída al año y algunas, más de una caída. El riesgo aumenta con la edad. Los mayores de 65 años tienen un porcentaje de caídas del 30%, mientras que los mayores de 80 años superan el 50%. Las caídas son también más frecuentes en mujeres que en hombres.

La mayoría de estas caídas se producen dentro de la casa o alrededor de ella y ocurren mientras se realizan actividades domésticas y de respuesta a las necesidades básicas de la vida diaria: el aseo personal, la limpieza de la casa, la preparación de alimentos o los pequeños desplazamientos dentro del hogar o a lugares cercanos a él.

Tras una caída, es precisamente la rutina cotidiana la que más se ve afectada, produciéndose una pérdida de autonomía y un deterioro de la calidad de vida. Las caídas en personas mayores, aparte de lesiones y fracturas, generan discapacidad y dependencia.

Según los expertos, se puede reducir el número de caídas trabajando el equilibrio, la fuerza y la coordinación, manteniendo una actividad física acorde a la edad, convirtiendo el hogar en un entorno seguro, utilizando calzado seguro, etc.