Inaugurado el mural de Buenavista “La idea de la energía y el juego”

El mural cuenta con una extensión de 95 metros de largo
El mural cuenta con una extensión de 95 metros de largo
La obra cuenta con una extensión de 95 metros de largo y está pintada con tonos cálidos, culminado por Eleine Etxarte
Inaugurado el mural de Buenavista “La idea de la energía y el juego”

A lo largo de cinco largos meses de trabajo Eleine Etxarte, titulada en Bellas Artes, ha trabajado en la realización de un mural que acaba de ser inaugurado en la Plaza Buenavista. La artista ha estado acompañada de Sergio Pereira y Aitziber Rebollera quienes han podido acceder a dicho trabajo gracias al la firma de un contrato a media jornada del programa “Adecuación y limpieza de fachadas y creación de murales”, impulsado por el Ayuntamiento de Portugalete. 

La obra ocupa una extensión de 95 metros de longitud y entre dos y tres de altura. La artista lo ha bautizado como “La energía y el juego” basándose en “elementos infantiles primarios, que son el color de las gominolas y las natillas”. A la vista quedan los tonos amarillentos que se han utilizado para el fondo de la obra y los coloridos de detalles que la acompañan.

La artista ha querido incluir dos porterías pintadas a cada lado del mural que los jóvenes del barrio emplearán como tales. Existen dos niveles dentro del fondo; el inferior que tiene que ver con la ensoñación de la energía, porque es una nube abstracta, puro color sin forma; y la parte superior que sigue siendo energía, pero esta vez, las serpentinas en el aire y su movimiento es lo que articula el espacio.

A medida que avanzamos en el mural (zona gradas), observamos que una de las figuras, salta de la masa (grupo) llamado por otras figuras que están en el frontal del mural (parte superior) que simbolizan el “no poder resistir las ganas de jugar” de los niños/as. A través de todo el frontal, corren las figuras sobre una nube de color (abstracción de la energía) y atrapados entre los tornados de serpentinas de color.

Cada una de las figuras ha funcionado como un contenedor de técnica pictórica y todas están unidas por el movimiento de las serpentinas y el color.

La narrativa (el mural) acaba con la figura situada a la izquierda que eleva sus brazos hacia arriba, generando más remolino de serpentinas y da ritmo al espacio de la segunda portería que también está contagiada por el energía del juego.