El Mareómetro de Portugalete: Características e historia

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El mareómetro de Portugalete
El Mareómetro de Portugalete: Características e historia

Ubicado al comienzo del Muelle de Hierro de Portugalete, se encuentra un aparato que por su forma parece un ‘reloj antiguo estropeado que solo tiene una aguja’. Pero realmente nos encontramos frente a un mareómetro, un dispositivo para medir la altura de las mareas.

Permite conocer cuánta distancia hay desde la superficie del agua al fondo y si es suficiente para que un barco pueda navegar. Este elemento fue fundamental para la navegación en la ría de Bilbao y en el desarrollo de la industria y el comercio en la provincia.

Hay que trasladarse a 1883 e imaginarnos una desembocadura de la ría absolutamente diferente a la actual para valorar su importancia. En esa época la ría era más parecida a un delta muy ancho y poco profundo, lo que hacía la navegación muy arriesgada y peligrosa, y los barcos que querían entrar en Bilbao se arriesgaban a encallar.

La barra de Portugalete
Además de las mareas, existía un elemento mucho más temido que era la denominada ‘barra’, un montículo de arena sumergido debajo del agua que se generaba por el choque entre las mareas y las corrientes de agua de la ría.

La peligrosidad de ese elemento venía derivada por su movilidad. La barra se desplazaba a diferentes ubicaciones en función de las tormentas, riadas, mareas vivas, y era muy peligrosa especialmente con la marea baja.

Decenas de barcos encallaron en esa zona y únicamente los lugareños se atrevían a navegar por ella. Los barcos que querían entrar hacia Bilbao contrataban a los prácticos que conocían el lugar y se encargaban de dirigir el barco evitando las trampas de la ría.

Fabricación
Para esta navegación era fundamental el mareómetro, que indicaba la profundidad navegable de la ría del Nervión.

Los mareómetros eran elementos tecnológicos muy complicados de fabricar. En concreto, el de Portugalete fue construído por la empresa relojera francesa Borrel-Wagner.

Muy pocas empresas estaban capacitadas para realizar un mareómetro. Para hacernos una idea de la dificultad la misma, Borrel-Wagner fue contratada por el puerto de Cascáis en 1877 para realizar un mareógrafo y éste empezó a funcionar en 1882.

Para entonces, solo tres ubicaciones tenían este tipo de equipos: Brest (Francia), Aberdeen (Escocia) y Hoek Van Holland (Países Bajos).

Borrel y Wagner eran conocidos por la precisión y fiabilidad de sus mecanismos, pero también por su experiencia instalando relojes en edificios históricos. Jean Wagner-Neveu, un ‘mecánico de relojes’ nacido en 1800 en Alemania, se estableció cuando era adolescente en Francia y se naturalizó en el país galo. Es considerado uno de los relojeros que más ha marcado la construcción de relojes.

Restauración del mareometro de Portugalete
El mareómetro de Portugalete hoy en día ya no está en uso, porque desde que se diseñó el Muelle de Churruca y otro muelle enfrente de la ría, ésta quedo más encauzada y la propia corriente diluyó la ‘barra’.

Tras años de abandono, fue restaurado por la Autoridad Portuaria de Bilbao y reinaugurado el 2 de marzo de 2000, aunque sin funcionalidad práctica.

Muchos portugalujos y portugalujas menores de 30 años no saben de su existencia y los que lo conocen no perciben la utilidad y su importancia en los siglos pasados, pero el mareómetro es uno de los iconos de la Villa y de los elementos más representados en todo tipo de fotografías, dibujos, trofeos, etc.

En 1993 se realizó una edición de un sello de Correos celebrando su aniversario y ha dado nombre a una asociación muy conocida en Portugalete, la asociación El Mareómetro, que se dedica a recopilar y difundir la historia de la Villa de Portugalete.

Si estás cerca del mareómetro, puedes aprovechar para ver otro vestigio de la época industrial como es un poste metálico de la empresa la Marítima de Barcelona.