“Se ha dado un salto cualitativo en el conocimiento de la historia jarrillera”

Rubén Las Hayas repasa el legado de la Fundación El Abra

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Rubén Las Hayas, con un ejemplar de la Colección El Mareómetro

La entidad ha puesto fin a su trayectoria tras 30 años de existencia en los que, como señala su presidente, “se han cumplido con creces los objetivos fundacionales”

Rubén Las Hayas repasa el legado de la Fundación El Abra

Después de 30 años, la Fundación El Abra pone punto y final a su andadura, ¿ha sido difícil tomar esta decisión?
Es simplemente ley de vida. De los tres miembros de la Fundación, murió Txomin Bereciartua, al que legalmente había que sustituirle y los otros dos, Paco Ruiz y yo, ya hemos pasado de los 80 años y creíamos que los objetivos fundacionales los habíamos cumplido con creces, sobre todo, al haber llegado al 700 aniversario.
 

¿Por qué crees que no ha sido posible encontrar relevo?
En estos casos el relevo se produce entre gente que ha estado involucrada en el proyecto, que conoce sus aptitudes, su manera de ser y su predisposición. En nuestro caso las bajas no se habían sustituido por nuevas incorporaciones, así que llegado el momento no ves mimbres suficientes para seguir. Además, es un problema generalizado en todo este tipo de sociedades en que la juventud tiene otras miras.
 

¿Qué balance haces de estas tres décadas de trabajo?
Excepcional. En estas décadas ha habido una buena cantidad de gente investigando en el Archivo Histórico, en el que la dirección de Roberto Hernández Gallejones, que este año también se jubila, ha sido fundamental. Además, la digitalización progresiva de archivos de todo el mundo ha puesto a disposición material que antes era impensable encontrar, por lo que se ha sacado a la luz más información de nuestra historia que en todos los años anteriores. La cesión de dos colecciones de fotografías antiguas, tan importantes como las de José Lecue y Eduardo Benito (editamos cuatro volúmenes de fotos) fue un pistoletazo de salida para la aparición de muchas imágenes hasta entonces desconocidas de la Villa.
 

¿Qué ha sido lo más satisfactorio y lo más duro de esta labor?
Lo mejor, la respuesta de la gente. Contar con más de 700 personas dispuestas a financiar las publicaciones que editarás y a colaborar en su puesta en marcha no se encuentra en cualquier población. Supimos tocar la fibra del sentimiento de orgullo jarrillero de una parte importante de la población. La gran asistencia a nuestros encuentros del Hotel era igualmente otra muestra. Toda esta recopilación de material histórico sirvió como colofón a la celebración del 700 aniversario. Lo menos satisfactorio podría ser la cuestión burocrática, negociar precios con la imprenta, correspondencia, cobro de recibos, etc.
 

¿Cuál es el principal legado que dejáis a los portugalujos?
Se ha dado un salto cualitativo muy importante en el conocimiento de la historia jarrillera, no solo documental, sino también gráfica, de fotografías y grabados antiguos. La cantidad de bibliografía histórica que ha surgido ha sido enorme. El Ayuntamiento con sus Premios de Investigación Histórica, investigadores a título personal como Tasio Munarriz con la recuperación de la historia de la guerra y posguerra, o la pionera publicación de Portugalete en la Tarjeta Postal, que tanto éxito tuvo y cuyas imágenes siguen repitiéndose en Internet, son una muestra. Los 24 tomos de la Colección El Mareómetro y los ejemplares de los Cuadernos Portugalujos, profusamente ilustrados, recogiendo lo más importante de todas esas aportaciones de manera didáctica y amena, que constituyen una verdadera enciclopedia portugaluja, es el legado del que estamos muy orgullosos.
 

¿Qué hechos destacarías como los más curiosos o sorprendentes que te has encontrado a través de este trabajo de investigación histórica?
Podrían ser ciertas aportaciones que, sin buscarlas, nos han llegado a través de Internet, algunas de países americanos donde estuvieron portugalujos.
 

En tu caso, seguirás colaborando para que se sigan publicando los Cuadernos Portugalujos, ¿no es así?
A mí me tocó responsabilizarme personalmente de la gestión en Internet del Blog El Mareómetro, haciendo de enlace con los seguidores, que envían fotografías y trabajos de investigación, incluyendo una Biblioteca Digital Portugaluja en el mismo. Para mí es un hobby, yo sigo manteniendo su presencia (ya que el blog tiene más de un millar de seguidores diarios). Ahora he comenzado una nueva etapa, más relajado y con la misma ilusión, en la que procuraré seguir también divulgando de una manera amena, incluyendo un enfoque audiovisual en formato de pequeños videos, todo lo publicado por la Fundación El Abra en sus tres décadas. Lo que más aceptación tiene en el blog es lo que se ha ido trasladando a los Cuadernos Portugalujos y a partir de ahora se ha comprometido a hacerse cargo el área de Cultura del Ayuntamiento.